viernes, 21 de julio de 2017

Simple y sencillo. Directo y sin complicaciones:

Habla para que te entiendan, no hables pensando en que lo que tu explicas, otros lo entenderán. Observa al público al que te diriges, a las personas a las que quieres comunicar algo, y habla, como dije antes, su lenguaje.
Con ello no quiero decir que unos sean más inteligentes que otros, eso nunca lo puedes pensar, porque supondría un pequeño acto de soberbia ante los demás:”el sabio es humilde y habla con humildad, pues quiere que se le comprenda.
Enfoco un tema que a mi, particularmente, me toca en mi trabajo, y en mi forma de ser y actuar ante la vida y por entendido ante los demás, y cuando hablo de ello es ahora, después del crack de 15 años vividos con la cocaína.
Ahora mismo no me gustan las personas que escriben o que van dando conferencias o charlas a familias, jóvenes , etc. y que utilizan lenguaje científico, y desarrollan los temas de una manera incomprensible y cansina para los oyentes, dando igual la edad, y pensando que se dirigen a colegas o doctos en estas materias… Me parece perfecto que se conozcan científicamente los procesos que produce la droga en la persona, su funcionamiento en el cerebro del individuo, las innumerables maneras de llegar a realizar o fabricar la sustancia, el daño que ocasionan… en fin, toda esa maraña que es lógico que se estudie pues es necesario en Psiquiatría y Psicología para aplicar los diversos tratamientos y para reconocer los medicamentos adecuados. Pero a lo que voy es a esas charlas, conferencias o escritos que desarrollan en páginas de ayuda o en locales, colegios, etc. y que en realidad no ayudan a entender el problema, ni logran hacer que el que lo lea y lo escuche se pueda identificar.
Todo ello es mas simple, es lo que yo pienso y hago. Hay que ser simple y llano, hablar su lenguaje, contar experiencias, bien tuyas o de otros en los que se puedan verse identificados o comprendan las actitudes, los signos que puedan darnos a entender que alguien cercano tiene un comportamiento fuera de lo normal, captar el interés de los oyentes o lectores y, llegado el caso, si es necesario se abran a ti, se acerquen a consultarte.
Que las familias, al escucharte o leerte, vean situaciones por las que ellos están pasando. Es muy simple: es ponerse a la par, y desde su nivel podrás hablar, no de temas médicos que no se entiendan, sino de lo que hablan las personas, sus jergas, sus maneras, que se reconozcan en tus bromas y ejemplos, para empezar a entrar en el tema a donde tú quieres llegar. Me repito: es simple muy simple, muy simple y sencillo. Confúndete con ellos, que no te vean como el lobo que se comió a Caperucita o el listo que les habla y va de sobrado, llamándoles la atención y metiéndoles miedo… Así lo único que se logra es una brecha imposible de cruzar y una frialdad en la que lo más probable es que no haya colaboración y sí mucho aburrimiento.
Tienes que convertirte en un referente, en un pilar. Que te vean y hablen de lo que has pasado y reflexionen. Que los jóvenes, a pesar de la edad, sean capaces de aceptarte y confiar en ti. Así se ayudara y se darán los mensajes. Lo demás son discursos para congresos científicos. Está bien saber de las sustancias, pero no hay nada como la experiencia. Es penoso decirlo, pero he tenido que experimentar para saber cómo enviar el mensaje.
No podemos volver loco a todo aquel que esté metido en el mundo de la droga, con lecciones de moral, lecciones científicas y miedos. Si quieres llegar a ellos, vive su mundo y empatiza. Es difícil, porque no todo el mundo tiene ese don y se niega a que le ayuden a ayudar. Por esta razón, en vez de marchar todo juntos, encima hay envidias y celos entre nosotros…
Así somos los seres humanos. En vez de hacerlo más sencillo, lo complicamos más, y lo peor es que estamos para ayudar a unos terceros .
Qué complicado ¿verdad?

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